Había doce tablas –
Y todos las sabían bien.
Doce profetas –
Pero nadie los conocía.
Doce mujeres –
Aunque ninguna supiese cocinar.
(Él me dijo después,
Frente al pelotón de fusilamiento,
Que se quedó enamorado de todas ellas)
Veinte y tres niños,
y
solamente
dos
tontos.
(Nosotros creímos que nos decían la verdad
durante las clases).
Nenhum comentário:
Postar um comentário